martes, 28 de abril de 2009

¿De qué se habla cuando se nombra a la "sociedad de la información/sociedad del conocimiento?




Un tipo nuevo de cambio estructural está fragmentando los paisajes culturales de clase, género, etnia, raza y nacionalidad, que en el pasado nos habían proporcionado sólidas localizaciones como individuos sociales. Transformaciones que están también cambiando nuestras identidades personales y que dan lugar a la llamada Sociedad de la Información, una sociedad en la que la creación, distinción y manipulación de la información forma parte importante de las actividades culturales de los hombres.
En el inicio de este siglo, las principales empresas que mueven la economía mundial no comercian solo con materias primas extraídas de la naturaleza, sino con algo tan artificial e intangible como es la información. Estas empresas constituyen la denominada “nueva economía” o “economía digital” que basa su producción en el uso de las TIC (Tecnologías de la Información y de la Comunicación). En consecuencia, desde esta perspectiva, es imprescindible la existencia de importantes colectivos humanos tanto para generar productos (trabajadores digitales) como para consumirlos (ciudadanos internautas).
Pero… ¿qué son las Nuevas tecnologías de la información y de la comunicación? ¿Cuáles fueron sus contribuciones a nuestra sociedad industrial?
Por Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación se entiende el conjunto de procesos y productos derivados de las nuevas herramientas (hardware y software), soportes de la información y canales de comunicación relacionados con el almacenamiento, procesamiento y transmisión digitalizados de la información.
Con ellas, el espacio y el tiempo ya no son condicionantes de la interacción social, del mismo modo que las fronteras y los límites nacionales no representan barreras para la circulación del capital, de la información, de los mercados, incluso el del trabajo, o las relaciones interpersonales. Este rasgo define más que cualquier otro las nuevas tecnologías de la información y posee implicaciones cruciales en todos los ámbitos de nuestra experiencia configurando formas tecnológicas de vida, es decir, pasamos a enfrentar nuestro medio ambiente en interfaz con los sistemas tecnológicos: “No puedo funcionar sin mi celular” “No puedo vivir sin la laptop, sin la cámara digital, sin el fax”. Es así que comenzamos a navegar en la cultura tecnológica donde la reflexividad no es un proceso de reflexión independiente. Hay una fusión de las palabras y las cosas, el pensamiento y la práctica. Pensar no sólo es al mismo tiempo hacer; también es comunicar.
Resulta que, al mismo tiempo en el que algunos navegan en la cultura tecnológica, donde la comunicación deja de ser meramente instrumental para espesarse, densificarse y convertirse en estructural; otros naufragan ya que quedaron dentro de una sociedad del desconocimiento, es decir, del no reconocimiento de la pluralidad de saberes y competencias culturales que, siendo compartidas por las mayorías populares, no están siendo incorporadas como tales ni a los mapas de la sociedad ni siquiera a los de sus sistemas educativos.
Las Nuevas Tecnologías de la información y comunicación pueden separar más que unir. Estrechan la comunicación entre quienes las utilizan, pero excluyen a quienes no.

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