martes, 28 de abril de 2009

En esta sociedad, ¿Cuáles son los retos de nuestro sistema educativo?



El actual entorno de información que recubre y entremezcla saberes múltiples y formas diversas de aprender, se encuentra descentrado por relación al sistema educativo que aún nos rige, y que tiene muy claros centros en la escuela y el libro. Desde los monasterios medievales hasta las escuelas de hoy el saber ha conservado ese doble carácter de ser a la vez centralizado y personificado en figuras sociales determinadas. De ahí que una transformación en los modos de circulación del saber es una de las más profundas transformaciones que puede sufrir una sociedad.
La escuela ha dejado de ser el único lugar de legitimación del saber, pues hay una multiplicidad de saberes que circulan por otros canales, difusos y descentralizados. Esta diversificación y difusión del saber, por fuera de la escuela, es uno de los retos más fuertes que el mundo de la comunicación le plantea al sistema educativo. Saberes-mosaico, como los ha llamado A. Moles, por estar hechos de trozos, de fragmentos, que sin embargo no impiden a los jóvenes tener con frecuencia un conocimiento más actualizado en física o en geografía que su propio maestro. Esto está acarreando en la escuela no una apertura a esos nuevos saberes sino una puesta a la defensiva y la construcción de una idea negativa y moralista de todo lo que desde el ecosistema comunicativo de los medios y las tecnologías de comunicación e información la cuestionan en profundidad.
Pero es hora de apaciguar las aguas y darnos cuenta de que esto no debe ser así. Estamos ante una nueva generación que necesita otros modelos de escolaridad y enseñanza adecuados al nuevo entorno tecnológico y cultural en el que se desenvuelven. Dentro de este entorno la educación es más que poseer información: es también conocimiento y sabiduría, hábitos y valores. Y esto no viaja por las redes informáticas. Los profesores tendremos que redefinir nuestros papeles, sobre todo si seguimos viéndonos a nosotros mismos sólo como “proveedores de información”. Debemos constituirnos en facilitadores, creadores de hábitos y destrezas en la búsqueda, selección y tratamiento de la información al mismo tiempo que nuestros alumnos se constituirán en agentes activos de todos estos procesos.

1 comentario:

  1. La escuela debe abrir los brazos y de cara a los vientos que soplan, desplegar las velas, esconder el miedo y enfrentar con astucia, pasión, pero fundamentalmente decisión, los nuevos tiempos. Quizás de esta manera recupere el espacio que le corresponde por derecho y por génesis: como el principal lugar de legitimación del saber. Angélica.

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